Somos protagonistas de nuestra propia ignorancia y absurdamente antagonistas de la misma cuando es tiempo de cuestionar nuestro fundametalismo existencial...
Me vio caer una vez mas en la duda y yo le regrese la mirada con ojos llenos de perplejidad. Creí que tal vez no había logrado escuchar mi pregunta así que le pregunte nuevamente después de un largo lapso de silencio - porque existimos? - El mensaje detrás de su respuesta, la cual ya he olvidado con el tiempo, pudo haber sido cualquiera pues no era una respuesta realmente lo que buscaba sino la forma en que respondería. La respuesta fue deliberadamente concisa sin pensar por un segundo ni dudar en el fundamento detrás de semejante falacia. El engaño en si, pensé, no era en mi contra sino en la suya. Fue entonces cuando comprendi, a mis diez años de edad, que llegaría un punto en mi vida donde el significado de la respuesta no era realmente lo que importaría, si no la certeza con la cual nosotros contestaríamos esa misma pregunta con una falacia igualmente elaborada por una sociedad, bajo la cual hemos sido sometidos involuntariamente, cuando alguien nos preguntase la misma pregunta. Dentro de la inocencia de mi niñez emprendí varias expediciones filosóficas dentro del abismo proporcionado por la cuestión existencial esforzándome en mantenerme dentro de un énfasis filosófico y al mismo tiempo lejos del sofismo.
Desafortunadamente como muchos, eh fracasado... me mantengo sujetado de una respuesta no empírica si no sometida en mi mente por los tantos que han venido y fracasado como yo en similares travesías.
He de aceptar de una manera decepcionante que soy una víctima mas de mi propia ignorancia y pereza, dentro de mi edad adulta, pues he dado tales respuestas concisas y con certeza a la pregunta existencial.
Me vio caer una vez mas en la duda y yo le regrese la mirada con ojos llenos de perplejidad. Creí que tal vez no había logrado escuchar mi pregunta así que le pregunte nuevamente después de un largo lapso de silencio - porque existimos? - El mensaje detrás de su respuesta, la cual ya he olvidado con el tiempo, pudo haber sido cualquiera pues no era una respuesta realmente lo que buscaba sino la forma en que respondería. La respuesta fue deliberadamente concisa sin pensar por un segundo ni dudar en el fundamento detrás de semejante falacia. El engaño en si, pensé, no era en mi contra sino en la suya. Fue entonces cuando comprendi, a mis diez años de edad, que llegaría un punto en mi vida donde el significado de la respuesta no era realmente lo que importaría, si no la certeza con la cual nosotros contestaríamos esa misma pregunta con una falacia igualmente elaborada por una sociedad, bajo la cual hemos sido sometidos involuntariamente, cuando alguien nos preguntase la misma pregunta. Dentro de la inocencia de mi niñez emprendí varias expediciones filosóficas dentro del abismo proporcionado por la cuestión existencial esforzándome en mantenerme dentro de un énfasis filosófico y al mismo tiempo lejos del sofismo.
Desafortunadamente como muchos, eh fracasado... me mantengo sujetado de una respuesta no empírica si no sometida en mi mente por los tantos que han venido y fracasado como yo en similares travesías.
He de aceptar de una manera decepcionante que soy una víctima mas de mi propia ignorancia y pereza, dentro de mi edad adulta, pues he dado tales respuestas concisas y con certeza a la pregunta existencial.
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