Tenia solo 12 años cuando mi primer amor me dio la primera probada de un amargo adiós y un final de lo que pudo haber sido (o deseé que fuera) increíblemente mágico.
Tengo el puño entumezido. Lo
contraigo con todas mis fuerzas haciendo que las venas de mis brazos quieran
escapar de si mismas. Una fuerza rábica
invade todo mi ser, siendo dirigida por mi corazón a todo mi cuerpo, como
apunto de empezar un paro cardiaco. Sostengo
la mirada fijamente como flechas puntiagudas directas al objetivo. El coraje interno, la irremediable impotencia
y el incesante palpitar de mi corazón me hacen saber que sigo vivo..... que
sigo odiando, pues este sentimiento fúnebre me hace darme cuenta que mi mente
sigue funcionando. Me doy cuenta que eh
paralizado el tiempo, como una extraña fuerza ese instante se hace eterno, ese
instante es presente, pasado y futuro.
De repente, una mirada.... mi vista encuentra la suya. Esos ojos hermosos de los cuales nunca pude
escapar, de los que un día me enamore.
Esos ojos que han visto y conocido mi verdadero ser. Esos ojos a los que nunca engañe..... y de
nuevo, me vuelvo a enamorar, como si fuera la primera vez que la mirara. Pero mi vista no descansa en esos ojos, pues
la intensidad de su mirada, y el mensaje oculto en su parpadeo me hacen temblar
y buscar otro punto de objetivo......
Mi mirada vuelve a pasearse por la escena fúnebre, encontrando su bello
cuerpo, su cintura perfecta y sin igual a la medida exacta de mis abrazos y
caricias... de repente un movimiento; mi vista regresa a la suya. Después, un sonido, una voz es el sonido de
su voz encandilando mi entendimiento..... centímetros mas abajo, sus labios
dulces empiezan a bailar entre ellos..... Lamentable mente, una canción triste,
una canción que me arrancara el alma...... la canción del Adiós.
No pudiendo contener mis lágrimas, bajo el rostro y repito en mi mente unas
palabras de aliento para mi consciencia.
Sus ojos dulces y sinceros siguen el paso a los mios con lágrimas
incontroladas...... pero ha dado ya el primer paso!.. y de ahí, no hay marcha atrás....
lo se, lo comprendo, pero no quiero asimilarlo.
En mi mente, la canción del adiós interpretada por sus labios sigue
repitiéndose una y otra vez, como las campanadas de una catedral contando los
segundos de las 12 de la tarde.... Un beso sin amor ni pasión rosa mi mejilla
después de un largo instante de silencio. Después de unos segundos, su silueta se ha
perdido. Un instante eterno, un ligero
viento y el dolor ardiente y rábico dentro de mi, son mis únicos
acompañantes...... pero al fin y al cabo, los únicos fieles amigos que eh
tenido desde su Adiós.
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